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EL CHANTAJE DEL VATICANO AL CESAR por Pedro Avilés (Bitácora El Reporter)

EL CHANTAJE DEL VATICANO AL CESAR  por Pedro Avilés (Bitácora El Reporter) Como español me gustaría dar efusívamente las gracias a los cardenales vaticanos que eligieron al cardenal Ratzinger como Papa Benedicto XVI. En la alocución dada en su primer encuentro oficial con casi 2000 periodistas, el nuevo Papa se dirigió a la concurrencia en alemán, francés, inglés, e italiano, pero no en español, como era habitual en el anterior papado. En su mente medieval inquisitorial, que es la de la Iglesia en general, fue el modo elegido por Ratzinger para castigar a España porque se haya aprobado recientemente en el parlamento español la nueva ley de matrimonios homosexuales. No es baladí este "desplante" hacia los católicos españoles reunidos para oir, como posesos en trance, otra de las estupideces oficiales de la secta vaticana.

El día anterior el presidente del Consejo Pontificio para la Familia, el colombiano Alfonso López Trujillo, llamó a todos los cristianos a oponerse a la ley que permite el matrimonio homosexual aprobada ayer en España, que calificó de "grandísima injusticia", además de aconsejar a los funcionarios españoles respondable de tramitar estas bodas que se opongan a ella aunque pierdan sus empleos. Gracias, gracias, porque tales declaraciones y tal actitud del nuevo Papa y sus seguidores ante los católicos españoles, no hará sino mermar su fé y hacer que España sea cada día más un Estado más "Aconfesional", tal como dice nuestra Constitución que somos.

No sé qué habría que hacer para meter en las mentes estrechas, insípidas, cuadriculadas y proselitistas de los responsables eclesiásticos vaticanos, que la cosa en la que se intentan meter es la "Res Pública", la Cosa Pública, la vida de las Leyes Civiles que todos nos hemos dado, dónde ellos no tienen nada que aducir, opinar, influir, presionar o, como es el caso, chantajear. Porque las declaraciones del presidente del Consejo Pontificio para la Familia, apoyadas por la negativa del Papa hoy a hablar en español, no es sino un CHANTAJE, con todas las de la ley, hacia los creyentes españoles mermándoles la fé, que una cosa es que yo sea agnóstico y otra que no defienda con convicción que se deben respetar los derechos de cada cual a creer en lo que les de la real gana. Un chantaje, porque esas palabras van destinada a la intimidad de esos creyentes.

El que dicho chantaje no vaya a surtir efecto real, porque en España, afortunadamente, los fundamentalistas católicos son una mínima minoría, valga más que nucna la redundancia, no elimina el PECADO de Vanidad cometido por el Vaticano cuando se ha intentado meter en los asuntos terrenales de una Ley aprobada en el Parlamento español. Lo que debería hacer el nuevo Papa y sus acólitos, en lugar de meterse en los asunto del César es rezar, en la intimidad por supuesto, por favor, por todos nosotros, inmundos pecadores laicos que nos basamos sólo en los derechos civiles para hacer de este mundo un lugar mejor.

Y punto en boca.

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